ELLA, EL M AR Y LA TABLA DE SURF
Ella salió al mar en la Playa de Prellezo (Cantabria)
Enamorada como está del Mar Cantábrico
Con su tabla de surfear debajo del brazo
Que la lleva hasta lo más lejos del mar
Donde las olas la esperan cual terrible fiera
Echando espuma por la boca
Soñando en no dejarse dominar
Y celebrar con ella una buena comida
De gambas, langostinos y almejas.
-Surfea, Isabel, surfea
Que puede ser que con mi fuerza
Te tire de la tabla
Y contigo yo juegue hasta que te bese a muerte.
Ya las olas trataron de acosarla
Pero ella les dio con la tabla en las narices
Y esta terrible fiera de espumarajos en la boca
Se dio la media vuelta
Yéndose a jugar con una barquichuela
Que navegaba con una pareja de novios
Que buscaban con pasión en sus cuerpos desnudos
Una almeja y un percebe.
De que la fiera vio que iban solos en la barca
Les rodeó con berridos
Haciendo temblar al mar y la barca entera
Llevándose la vestimenta de los dos
Dejándoles en cueros como estaban.
-Devuélvenos nuestros vestidos
Le gritaron los dos a la salada fiera
Que son de hilo y paño fino
Y es lástima que se pierdan.
El mar no dijo nada. Tan solo la fiera
Que les gritó con furia de espumosa agua
Rodeándoles las cabezas:
-Si las queréis de verdad, venid a por ellas.
Ya se hunde la barca
Ya escapan los dos nadando
De esta terrible fiera
Que se lleva la barca
A la profundidad de sus aguas
Principiando a luchar con ella.
DANIEL DE CULLA